En las Islas Galápagos, la pandemia por COVID-19 detuvo por completo el turismo en el año 2020, que es la principal fuente de ingresos para la economía isleña. Sin trabajo y con restricciones severas de movilidad, los residentes debieron pasar muchas dificultades para satisfacer su sustento diario.
El proyecto Galapagos Barcode los empleó para hacer ciencia ciudadana, para lo cual necesitaron nuevos conocimientos y desarrollar nuevas aptitudes, con el propósito de participar en catalogar la biodiversidad de las Islas en función a la firma genética única de cada especie.
Mira los testimonios de algunos de los participantes al inicio del proyecto:
Robin Betancourt, de capitán a asistente de campo.
Karen Ascencio, de guía naturalista a asistente de laboratorio.
Michelle Heras, de elaboración y comercialización de artesanías a líder de equipo.
Fernando Sánchez, de guía naturalista a líder de equipo.
Joel Mariño, de guía naturalista a asistente de campo.
Autores

Carolina Proaño L.
Coordinadora general del proyecto. Su enfoque en ciudades resilientes le vinculó al proyecto Galapagos Barcode, en la búsqueda de alternativas innovadoras para resistir al impacto económico del COVID-19 en las Islas.